Alteraciones frecuentes en la piel de los pies
Los pies son elementos importantes en la calidad de vida del ser humano. Por sus características tanto de la zona plantar como por elementos externos a los que se ven expuestos, su piel requiere cuidados especiales.
La planta de los pies es diferente a la piel del resto del cuerpo, la abundante presencia de glándulas productoras de sudor la hacen una zona con alta humedad. Así mismo, la ausencia de glándulas sebáceas hace que sea una zona no grasa y la epidermis es más gruesa que en el resto del cuerpo, principalmente en los punto de apoyo.
El sudor producido es sin olor, pero al ser una zona con poca ventilación, ya sea por el calzado o tipo de calcetines, hace que se de un crecimiento de microorganismos que descomponen dichas secreciones con lo que se generan sustancias generadoras de mal olor.
Este exceso de humedad puede producir un efecto de maceración y proliferación de hongos y bacterias desencadenando dermatitis e infecciones que deben ser tratadas con medicamentos tópicos o sistémicos. Por lo que la mejor forma de prevenir este tipo de complicaciones es manteniendo hábitos de higiene correctos como es el lavado y secado de toda la zona, el uso de antiperspirantes y desodorantes contribuyen a mantener la zona seca y previenen la proliferación de microorganismos patógenos causantes de las infecciones. También contribuye el uso de calzado con diseños que permitan la ventilación del pie y el uso de calcetines de algodón para el control de la humedad.
Otra de las afecciones frecuentes en la zona de los pies es la hiperqueratoris o engrosamiento de algunas zonas principalmente en los puntos de apoyo. Esto es lo que se conoce como callos y callocidades que se forman principalmente por fricción de la piel contra elementos como el mismo calzado, por ello es que una de las formas de prevenir dichas alteraciones es seleccionando el calzado correcto para cada persona tanto en diseño como en materiales. De igual forma, la exfoliación semanal mecánica y con productos diseñados para tal fin, contribuye a eliminar la acumulación de células muertas en dichas zonas. Así mismo, algunos engrosamientos por fricción pueden evolucionar a tal punto que deben ser tratados por un especialista más aún si se presentan en personas con condiciones como diabetes o problemas vasculares en cuyos casos nunca estará recomendado el manejo en domicilio o centros no especializados.
Otro efecto muchas veces relacionado con el mismo exceso de sudoración y fricción es la deshidratación tanto de la zona plantar, principalmente en talones, como en la parte superior. Esta condición de no tratarse de forma correcta puede llegar hasta las grietas a nivel de epidermis que puede resultar dolorosas. La mejor forma de prevenirlo es con hidratación diaria por la mañana y noche acompañado de masaje, la exfoliación semanal contribuye también a prevenir dicha condición.
Por último están las infecciones por hongos, bacterias y en algunos casos virus. Esta condición es frecuente que se presente tanto a nivel de la piel como de las uñas, creando en muchos casos manifestaciones semejantes ya sea de picor, enrojecimiento, maceraciones, por lo que es necesario en estos casos la evaluación médica para llegar a un diagnóstico correcto y por tanto al tratamiento efectivo. En ocasiones se puede determinar la presencia de diferentes microorganismos en una misma infección, de aquí la importancia de realizar la consulta con un profesional idóneo para llegar al tratamiento correcto.
En todos los casos, la prevención siempre será la mejor alternativa. Así que en resumen podemos dar los siguientes consejos:
- Mantén hábitos de higiene adecuados
- Selecciona de forma correcta el calzado
- Utiliza los productos de cuidado personal correctos para tu condición
- Consulta con un profesional en salud cuando identifiques alguna alteración que no se soluciona a nivel cosmético
Para más información o consultas específicas, escribe a consultas@apoderma.com.
Dra. Cristina Prado – Farmacéutica
